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Vivimos a mil. Entre el trabajo, las responsabilidades y las exigencias que nos ponemos sin darnos cuenta, es fácil olvidarse de uno mismo. De lo que realmente sentimos, de lo que el cuerpo pide, de esa voz interna que se va quedando en silencio. Por eso existen los retiros de hombres. Y cuando además se combinan con yoga, música y naturaleza, como en este retiro en Alicante, se convierten en una experiencia que no solo te cambia unos días: te cambia la forma de habitarte.

Reconectar contigo mismo no es un lujo: es una necesidad

Este artículo es para ti si alguna vez te has sentido desconectado, si intuyes que hay algo más y no sabes por dónde empezar. Vamos a hablar de cómo se vive un retiro para hombres, qué pasa cuando mezclas yoga, música y juego, y por qué Alicante es un lugar tan especial para ello. Nada teórico: todo vivido y compartido desde la experiencia.

Un espacio entre hombres donde no hace falta fingir

Por qué un retiro solo para hombres (y por qué no tiene nada que ver con excluir)

No es una moda ni una tendencia: los retiros de hombres existen porque hay una necesidad real de tener espacios donde podamos bajar la guardia. Sin tener que demostrar nada. Sin competir. Donde podamos explorar cosas que normalmente no caben en el día a día.

Un retiro así te permite:

  • Sentirte libre de expresarte (o de callar, si es lo que necesitas).
  • Habitar el cuerpo sin exigencias.
  • Reconectar con tu intuición, sin prejuicios.

En Yoga y Música, estos espacios están pensados desde el cuidado, la escucha y el acompañamiento. Nada se fuerza, todo se propone.

Alicante: naturaleza que abraza y acompaña

Alicante tiene algo que no se puede explicar del todo con palabras. Es la luz, el mar, la tierra seca y viva a la vez. Es la posibilidad de mirar lejos y sentir que algo dentro se ordena.

Durante el retiro, esto se vive así:

  • Yoga al amanecer con el sonido del mar de fondo.
  • Caminatas en silencio por la montaña.
  • Música en directo bajo las estrellas, sin prisa.

No hay decorados ni efectos: solo naturaleza y presencia.

Yoga que escucha al cuerpo, música que lo atraviesa

No hace falta saber yoga. Ni tener un cuerpo flexible. Solo hace falta estar dispuesto a escuchar lo que el cuerpo necesita. Las prácticas son accesibles, guiadas con claridad, y pensadas para integrar:

  • Movimiento consciente.
  • Respiración que calma.
  • Meditaciones sencillas, potentes y reales.

Y luego está la música. En directo. Que no adorna, sino que acompaña. Tambores, guitarra, cantos medicina, cuencos… Cada sonido abre un espacio. Hay quien llora. Hay quien sonríe. Hay quien se queda en silencio. Todo vale.

Jugar también es sanador (y necesario)

A veces pensamos que sanar es solo estar en silencio, meditar o respirar. Pero el juego, el contacto, la estrategia compartida, también abren cosas. En este retiro hay espacio para:

  • Juegos cooperativos.
  • Retos en grupo.
  • Dinámicas de liderazgo sin jerarquías.

Y lo mejor: nadie te evalúa. Solo se comparte y se aprende desde la experiencia.

Así se vive, día a día, un retiro para hombres

Primer día: llegar de verdad

Llegas con tu mochila. Física y emocional. A veces con dudas. A veces sin saber muy bien por qué viniste. Y entonces empieza:

  • Un círculo de bienvenida.
  • Una sesión suave de yoga.
  • Una cena rica y silenciosa.

Y algo dentro empieza a aflojarse. Sin darte cuenta, ya estás presente.

Días intermedios: abrir, sentir, compartir

Cada jornada tiene su ritmo. No es un horario militar, pero hay estructura. Hay espacio para:

  • Movernos juntos por la mañana.
  • Respirar y meditar en distintos momentos.
  • Compartir lo que sale (o no compartir, si no te nace).
  • Jugar, reír, descansar.
  • Hacer música juntos o simplemente escuchar.

Todo está pensado para que puedas soltar, explorar, observarte desde otro lugar.

Último día: cerrar sin cerrar

La despedida no es triste. Es un momento de integración.

  • Se comparte lo vivido.
  • Se agradece.
  • Se enciende un fuego o se canta juntos.

Y lo que pasa ahí no se olvida. Porque no solo te llevas recuerdos, te llevas una versión más genuina de ti mismo.

Más allá del yoga: lo que también transforma

Comer como forma de cuidarse

Durante el retiro, la comida no es solo alimentación. Es parte del proceso. Cocinada con consciencia, sin prisas, con ingredientes reales. Eso también impacta en el cuerpo y en la mente.

Muchos participantes lo dicen: “No sabía que comer así me hacía sentir tan bien”.

Apagar para escuchar mejor

El móvil descansa. La mente se vacía. Los sonidos naturales vuelven a tener espacio. Esto, que parece simple, es enorme. Y se nota. Mucho.

Algunas preguntas que suelen surgir

¿Y si nunca he hecho yoga o meditado?

No pasa nada. Todo está pensado para que puedas empezar donde estás. No hace falta saber.

¿Tengo que compartir cosas personales?

Solo si quieres. Se propone, pero no se impone. A veces el silencio también habla.

¿Es muy espiritual?

Es terrenal. Hay profundidad, pero también humor, cuerpo, presencia. No se sigue ninguna religión.

¿Qué pasa después del retiro?

Pasa que te llevas herramientas. Miradas nuevas. Y muchas veces, conexiones que siguen más allá del encuentro.

Si algo dentro de ti resuena, es por algo

Este retiro de hombres en Alicante no está pensado para cambiarte. Está pensado para que te encuentres. Para que sueltes peso. Para que recuerdes que hay otra forma de vivirte.

Puedes conocer más sobre próximos encuentros en Yoga y Música o ver el calendario específico para hombres aquí.

Si lo sientes, date el permiso. Porque a veces, lo que más necesitamos, es justo eso que no nos atrevemos a regalar.